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Samsung Galaxy Z Flip, a prueba: el móvil que cabe en el bolsillo de un vaquero ajustado

El segundo ‘smartphone’ plegable de la marca surcoreana se mantiene abierto en distintos ángulos para hacer ‘selfies’ o videollamadas con las manos libres

Posiblemente ya se le haya olvidado lo que es poder guardar el móvil en el bolsillo de un vaquero ajustado. También en el de una camisa. O en el de todo tipo de chaquetas. El Galaxy Z Flip cabe a la perfección en cualquiera de ellos. Es el segundo smartphone plegable de Samsung y este es precisamente su principal atractivo. Abierto, tiene una pantalla de 6,7 pulgadas y puede ser utilizado como un móvil normal. Cuando se cierra para poder ser guardado, tan solo ocupa la mitad y cabe incluso en la palma de la mano.

 
Hacer una pantalla flexible no es un trabajo fácil. El Z Flip fue presentado el pasado 11 de febrero en un evento en San Francisco junto a la gama Galaxy S20, que consta de tres dispositivos (S20, S20+ y el Galaxy S20 Ultra). Así la marca surcoreana vuelve a intentarlo con los móviles plegables después de una accidentada llegada al mercado de su primer teléfono capaz de doblarse, el Galaxy Fold. Antes de su lanzamiento al mercado, varios terminales cedidos a periodistas experimentaron problemas en la pantalla con apenas dos días de uso. Samsung se vio obligado a retrasar la venta del dispositivo unos meses para corregir los errores de fabricación.
 

El Galaxy Z Flip es bastante más pequeño que su antecesor y se caracteriza por un sistema de plegado vertical. Adopta el clásico formato de concha que ya usa Motorola con el legendario Razr. La parte trasera del móvil tiene un acabado elegante, aunque bastante resbaladizo y sucio —las huellas dactilares quedan marcadas con facilidad—.

Además de la pantalla principal, el smartphone tiene en su exterior un panel Super AMOLED de 1,1 pulgadas. Esta pantalla secundaria está pensada para ser utilizada cuando está cerrado. De primeras resulta poco usable, ya que sus funciones son bastante limitadas. Sirve para consultar la hora, el porcentaje de batería o la fecha cuando el terminal está cerrado. También para parar la música o pasar de canción en aplicaciones como Spotify, realizar fotografías con el móvil cerrado o echar un vistazo rápido a algunas notificaciones como los últimos mensajes de WhatsApp o emails. Pero no permite responder ni interactuar con otros contactos.

Para ello, es necesario utilizar la pantalla principal. Desplegar el terminal constantemente puede resultar un poco pesado para algunos. Si bien es posible abrirlo con una sola mano con un poco de esfuerzo, resulta más cómodo utilizar las dos. El smartphone se abre y se cierra de una forma estable gracias a lo que Samsung llama hideaway hinge (bisagra oculta). Este sistema parece bastante resistente. Está pensado para aguantar, según la compañía surcoreana, 200.000 pliegues y cuenta con fibras de nailon cortadas para evitar que la suciedad y el polvo se cuelen entre los huecos de la bisagra. La pantalla principal tiene unos marcos bastantes pronunciados que en las dos esquinas inferiores cuentan con unas pequeñas muescas que evitan que al cerrar el móvil choquen ambos lados de la pantalla.

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